palabra en el diccionario que hab’a visto en otra estanter’a. Dec’a que son gl‡ndulas de veneno, que est‡n atr‡s de la cabeza del sapo. Buen’simo tener un diccionario en ese lugar. Como yo no quer’a ni siquiera acercarme a los sapos y mucho menos hacer un sandwich de batracio, no corr’a ningœn peligro. Al menos con los sapos. Pero hab’a murciŽlagos. ÀSe olvidaron? Pues ellos no se olvidaron. Y parece que se despertaron. Haciendo un ruido infernal. Y empezaron a volar por el laboratorio. Muy r‡pido. Ni se imaginan cu‡nto. Y sin chocarse con nada. Ni siquiera con los otros murciŽlagos. Y eso que hab’a como unos cincuenta. Parec’an alucinados. Y enojados. Como quien se